CUBA
Este país resonó en mí desde que tengo memoria. Las Habaneras en Palafrugell, la música de Silvio Rodríguez, que formó parte de mi juventud, y las historias de Pepe Rubianes, que me han acompañado siempre, seguro tuvieron algo que ver en mi pasión por Cuba.
Mi primer viaje fue en 1996. Llegué de noche. El olor a gasolina, la humedad y la gente, que te trata como si te conociera profundamente y desde siempre, me atraparon en una red tropical de la que jamás he podido escapar. La verdad sea dicha, tampoco lo deseado nunca. Desde entonces han pasado casi treinta años y cuarenta viajes a la Isla. No contemplo la posibilidad de no regresar a Cuba. Ese pensamiento es demasiado doloroso y, cuando estoy en casa (en Barcelona), me invaden los recuerdos de todos esos viajes y pienso en regresar a Cuba de nuevo. Regreso no sólo para conocerla más sino para recordar quien soy en realidad.